Apuntes de Destaque Internacional.  Lunes 22 de junio de 2015. Responsable: Javier González. E-mail: destaque2016 @ gmail.com (opiniones, pedidos de suscripción y remoción, sugerencias, etc.)

 

Francisco, aventura ecológica y “laguna” científica

 

1. La carta encíclica “Laudato Si” sobre ecología, lanzada por el pontífice Francisco en el Vaticano el 18 de junio pp., adolece de una importante y preocupante “laguna” científica que, con el debido respeto, afecta una premisa fundamental del documento papal. Se trata de la tesis de los ecologistas más extremados, que la encíclica asume por entero, de que sería la actividad humana, y no los ciclos de la naturaleza, la gran responsable por los actuales cambios climáticos. Esa tesis no posee unanimidad en los medios científicos más conceptuados y ha sido impugnada por trabajos académicos de alto nivel.

 

2. No se sabe en qué estudios científicos concretos y en qué especialistas ecológicos se habrá basado el pontífice, porque la bibliografía del documento papal no cita ningún documento a ese respecto.

 

3. En ese sentido, es importante recordar que el 27 de abril pp., algunas semanas antes de la publicación de la encíclica, 100 científicos ambientalistas estadounidenses enviaron una carta a Francisco implorándole que no se dejase llevar por los argumentos de ecologistas radicales, con análisis que no han sido demostrados por la ciencia ambiental. La carta añadía que ecologistas revolucionarios, con el pretexto de ayudar  a los pobres, están contribuyendo con sus propuestas a aumentar peligrosamente la miseria en el mundo.

 

4. Como se narró en el editorial “Francisco, ecoterrorismo y miseria” (Destaque Internacional, Mayo 08, 2015 http://www.cubdest.org/1506/c1505eco.htm), los científicos estadounidenses, en su súplica a Francisco, aseveraban que simplemente no existen pruebas científicas  que demuestren el tan repetido eslogan de la culpabilidad fundamental del ser humano en el “calentamiento global”; y piden que la Santa Sede no conceda su apoyo moral a mitos ecologistas radicales como los defendidos en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), organizado por las Naciones Unidas.

 

5. Lamentablemente, Francisco, a pesar de que en su recién lanzada encíclica manifiesta reiteradamente su voluntad de “entrar en diálogo con todos” sobre ese delicado tema (No. 03), y de insistir en la necesidad de “un diálogo entre las ciencias mismas” (No. 201), no tuvo en cuenta esas voces divergentes del mundo científico.

 

6. En ese sentido, la ausencia de diálogo sobre teorías de los ecologistas radicales asumidas en la encíclica deja una “laguna” científica no pequeña que, como se dijo, compromete una importante premisa del texto pontificio y no puede dejar de afectar la credibilidad del mismo.

 

7. No menos grave es el hecho de que a partir de esas premisas pseudocientíficas, que han sido debidamente refutadas, Francisco parte para propuestas como las de una “urgente” y profunda “revolución cultural” (No. 114), con eventuales transformaciones en las mentalidades de las personas en nivel internacional, en gran escala; y apoya la implantación de una peligrosa “autoridad política mundial”, casi todopoderosa, dotada de “poder para sancionar” (No. 201) a quienes se opongan a criterios ecológicos tan discutibles del punto de vista científico. Una perspectiva que no puede ser descartada es la de una aventura internacional ecológico-política, impulsada por ecologistas radicales, que no se sabe en qué tipo de nueva dictadura mundial podría desembocar.

 

8. Lamentablemente, Francisco en ningún momento advierte a sus lectores sobre el hecho indesmentible y suficientemente conocido de que los movimientos comunistas internacionales, después de la desintegración del imperio soviético en 1989 y 1990, en buena medida se refugiaron en tiendas ecologistas.

 

9. El resultado de esa migración estratégica del comunismo hacia el movimiento ecológico fue el surgimiento del ecosocialismo, del ecoterrorismo y de la ecoteología de la liberación (cf., entre otros estudios a ese respecto: Destaque Internacional, “Enigmas, perplejidades e interrogaciones en torno de la Eco 92”, Junio de 1992 http://www.cubdest.org/fsm/c0308eco92.html). La simbiosis entre comunismo y ecología también se vio en Foro Social Mundial de Porto Alegre, cuya primera edición se realizó del 25 al 30 de enero de 2001.

 

10. Francisco no levanta ninguna desconfianza en sus lectores sobre la peligrosa infiltración revolucionaria que existe en los “diferentes movimientos ecologistas”, pero añade una información relevante: entre ellos “no faltan las luchas ideológicas”. Sería de la máxima importancia conocer detalles sobre esas “luchas ideológicas”. De cualquier manera, al parecer acoge a todos esos “movimientos ecologistas” sin restricciones, haciéndoles simplemente un llamado a “un diálogo abierto y amable” (No. 201). Es preciso recordar que del 27 al 29 de octubre de 2014, en Roma, invitados por el Pontificio Consejo Justicia y Paz y por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, con el decidido apoyo de Francisco, se reunieron líderes de los denominados “movimientos populares” de los cinco continentes, la gran mayoría de inspiración marxista. Y fueron recibidos por el propio pontífice, quien pronunció un extenso discurso en el cual les dio el mayor apoyo (cf. Destaque Internacional, “Francisco, ‘beatificación’ publicitaria de revolucionarios y ‘vendaval’ social”, Nov. 02, 2014 http://www.cubdest.org/1406/c1411franciscomst.htm).

 

11. El pontífice también censura aquello que denomina “manipulación de la información”, pero no precisamente la manipulación pseudocientífica que notoriamente hacen las izquierdas ecológicas sino la alegada manipulación informativa de “intereses particulares” e “intereses económicos” que no identifica, a los cuales acusa de “prevalecer sobre el bien común” (No. 54). También en ese aspecto, en esta encíclica papal nuevamente los ecologistas radicales quedan absueltos de culpa o, por lo menos, llevan la mejor parte.

 

12. Son estos algunos tópicos preocupantes relacionados con la encíclica “Laudato Si” recién lanzada, que queríamos adelantar a nuestros lectores. Sin duda, podrán hacerse otros respetuosos comentarios sobre el importante documento papal. Preocupa, por ejemplo, la utilización publicitaria que los movimientos ecologistas radicales puedan hacer de esta encíclica que, al menos desde el punto de vista analizado arriba, tanto los favorece.

 

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