Editorial del CubDest Servicio de Difusión (Agosto 9, 2000)

Cumbre del Milenio, Putin

y Caridad Diego

Están a la vista, y al alcance de la mano, dos excelentes oportunidades publicitarias para los desterrados cubanos, en su lucha por la libertad de Cuba. La primera es la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, que se efectuará en Nueva York del 6 al 8 de septiembre próximo, en el marco de la 55a. Asamblea General de la ONU. Según ha sido anunciado, será la mayor reunión de jefes de gobierno y de Estado realizada hasta hoy.

Aún cuando la presencia del dictador Castro haya sido descartada por la cancillería cubana, la Cumbre del Milenio constituirá un marco inmejorable para que el destierro cubano haga llegar a los mandatarios y cancilleres que allí se harán presentes, así como a los representantes de medios de comunicación del mundo entero, un vehemente alegato en favor de sus 11 millones de hermanos esclavizados.

Como se sabe, año tras año la Asamblea General de la ONU ha condenado, casi por unanimidad, el embargo norteamericano en relación a Cuba. Pero no ha dicho una palabra, siquiera para salvar apariencias de objetividad, contra el implacable embargo interno que el régimen comunista ejerce contra el pueblo cubano desde hace cuatro largas décadas. Esa flagrante contradicción de los gobiernos de países que participan en las Asambleas de la ONU es de molde a ser puesta al descubierto, de manera respetuosa pero firme, por ocasión de la Cumbre del Milenio.

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La segunda oportunidad de acción publicitaria que se presenta a los exiliados cubanos es la presencia en la Cumbre del Milenio del presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien inmediatamente después de finalizar la misma partirá a La Habana. El mandatario ruso accede así a una invitación personal del dictador Castro, cursada en enero pp., para mantener reuniones bilaterales y estrechar vínculos diplomáticos, comerciales, etc.

El antiguo alto funcionario de la KGB y hoy presidente de Rusia no ha ahorrado esfuerzos de relaciones públicas para presentarse ante la opinión pública occidental como un defensor de la democracia, lo que le ha permitido continuar recibiendo jugosos préstamos de organismos internacionales, así como del gobierno norteamericano y de la Unión Europea. En Nueva York, so pena de perder la credibilidad sobre sus pretendidas ideas democráticas, Putin debería definir claramente su posición en relación a la doctrina comunista en general, y al régimen de Cuba en particular.

También debería ser instado a desmantelar la base de espionaje electrónico de Lourdes, en la provincia de La Habana, por la cual paga 300 millones de dólares anuales al dictador Castro y en la que Rusia ha invertido, en los últimos años, más de 3.000 millones de dólares para su modernización. Recientemente, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó por amplia mayoría un proyecto de ley de la diputada cubano-americana Ileana Ros-Lehtinen que condiciona el perdón o la disminución de la deuda rusa al desmantelamiento, por parte de Moscú, de dicho centro de espionaje.

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Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), en declaraciones que provocaron indignación en los fieles católicos de la isla que sufren diariamente la opresión comunista, aseveró que "en Cuba no ha habido persecución religiosa durante los 41 años de revolución". Cada cierto tiempo, el régimen castrista realiza esfuerzos "cosméticos" para maquillar a los ojos de la opinión pública internacional su faz anticatólica.

Declaraciones como las de Caridad Diego no son nuevas. La alta funcionaria comunista simplemente se hace eco de palabras del dictador Castro, proferidas en Roma, en 1996, cuando afirmó que "nuestra revolución nunca ha tenido un sentimiento antirreligioso". A fines de 1997, pocas semanas antes de que arribara a la isla-cárcel S.S. Juan Pablo II, el Cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, reiteraba casi textualmente esa afirmación, tan contraria a la verdad histórica: "A la revolución nunca la animó un sentimiento antirreligioso".

En la ocasión, el ex preso político Armando Valladares publicó en el Diario Las Américas, de Miami y en el Secolo d’Italia, de Roma, el documentado artículo "Sí, Eminencia, el régimen comunista persiguió y persigue a los católicos cubanos", que ofrecemos hoy a nuestros lectores, dada su actualidad.

Para leer el mencionado artículo de Valladares, haga doble clic en http://www.cubdest.org/0012/cvcard.html