El texto de la carta al Papa, invitando a los desterrados cubanos a adherirse a la misma, ha sido publicado por el Diario Las Américas, de Miami (ed. electrónica, Sept. 20, 1999; ed. impresa, Sept. 21, 1999)

ˇSanto Padre, rescatad del olvido

a los mártires cubanos,

víctimas del comunismo!

 

S.S.

Juan Pablo II

Ciudad del Vaticano

Santo Padre:

En vuestra más reciente visita a la heroica y católica Polonia, rendisteis emotivo homenaje a los mártires que, a lo largo de la Historia de la Iglesia -desde las persecuciones de Nerón y Dioceclano hasta nuestros días- ofrecieron su vida por la fe; y realzasteis a aquellos que en nuestros días murieron víctimas de la saña comunista (Bydgoszcz, Jun. 7 99).

Quienes filialmente suscriben el presente mensaje, desterrados cubanos esparcidos por el mundo, pocas veces durante vuestro largo Pontificado se vieron tan plenamente interpretados, en sus corazones de católicos y de patriotas, como por este justo y cuán necesario homenaje. Pues no en vano somos hijos de una nación que desde hace 40 años yace bajo un implacable sistema comunista.

Para proclamar, ante la conciencia adormecida del hombre post moderno, que "también nuestro siglo ha escrito un gran martirologio", escogisteis la Archidiócesis de Gniezno, donde hace mil años el mártir San Adalberto dio su vida "por el Evangelio de Cristo y por la Patria". Allí, mencionasteis "numerosos grupos de mártires" que habéis elevado a la gloria de los altares, entre los cuales, españoles y mexicanos víctimas del odio revolucionario comunista. Añadisteis: "ˇCuántos no lo fueron en el período de la Segunda Guerra Mundial y bajo el sistema totalitario comunista!" Y proclamasteis: "Son ellos mártires poco conocidos, casi 'milicias ignotas' de la gran causa de Dios", "ha llegado el momento de recordar todas estas víctimas y de rendirles los debidos honores".

Sí, son ellos víctimas del comunismo, proféticamente estigmatizado por vuestro predecesor S.S. Pio XI en la Encíclica "Divini Redemptoris" como un "satánico azote", "intrínsecamente perverso", con el cual "no se puede admitir que colaboren, en terreno alguno, los que quieran salvar de la ruina a la civilización cristiana". Víctimas de ese "satánico azote" entre las cuales están muchos católicos cubanos, en particular, aquellos jóvenes que en los primeros años de la siniestra revolución comunista murieron en el paredón de fusilamiento gritando "ˇViva Cristo Rey! ˇAbajo el comunismo!"

El ex preso político Armando Valladares hace en sus memorias un emocionante relato sobre estos mártires de la fe, asesinados en la tristemente célebre prisión de La Cabaña: "Todas las noches había fusilamientos. Los gritos de los patriotas de 'ˇViva Cristo Rey! ˇAbajo el comunismo!' estremecían los fosos centenarios de aquella fortaleza". "Aquellos gritos devinieron un símbolo", continúa el ex preso político. Por lo cual los estrategas de la persecución religiosa en Cuba, para evitar a cualquier precio esas proclamaciones de fe y virtud heroica de los seglares católicos, así como ahogar los frutos de conversión de ellas derivados, ordenaron colocar mordazas en las bocas de los condenados a muerte.

Junto con el silencio impuesto por las mordazas, vino una nueva fase en la "política religiosa" del comunismo cubano, cuyo diabólico objetivo pasó a ser la obtención de apóstatas, y no de mártires. Al mismo tiempo, un pesado manto de olvido comenzó a bajar, dentro y fuera de Cuba, sobre aquellos héroes de la fe. Tenemos la certeza de que el martirio de esos laicos católicos cubanos no posee menos valor que el de los cristianos muertos en el Coliseo romano, el de los mártires mexicanos de comienzos del siglo XX o el de los mártires de la guerra civil española, muchos de los cuales habéis beatificado.

Por ello, cuánto desearíamos que la Iglesia inicie el proceso de canonización de nuestros héroes de la Fe, de manera que podamos tenerlos como oficiales intercesores celestiales en favor de nuestra querida Patria agonizante. Cuánto desearíamos también que, durante el Jubileo del 2000, que contempla una rememoración de la Iglesia sobre los mártires católicos, fuese incluída una mención a nuestros mártires cubanos. A vuestros pies filialmente suplicamos y exclamamos: ˇSanto Padre, rescatad del olvido a los mártires cubanos, víctimas del comunismo!

Vuestras palabras podrán constituir sin duda un factor de perseverancia de todos aquellos hermanos en la fe, mártires vivos, actualmente perseguidos no sólo en Cuba sino también en China, donde todos los obispos fieles a Roma, así como numerosos sacerdotes y seglares, están prisioneros; en Vietnam; en Corea del Norte; y también en Colombia, donde crueles guerrillas persiguen, secuestran y asesinan a católicos, contándose entre las víctimas al obispo de Arauca, Mons. Emilio Jesús Jaramillo Monsalve -muerto "in odium fidei" en 1989-, a varios sacerdotes y a incontables fieles.

A los oídos de Dios vuestras palabras podrán resonar como trompetas que contribuyan decisivamente a derribar por completo, hasta convertirlos en polvo, los últimos "Muros de Jericó" contemporáneos erguidos por el "satánico azote" comunista, acelerando así el momento previsto por Nuestra Señora de Fátima, del triunfo de su Inmaculado Corazón.

Santo Padre, confiantes en la atención que Vuestra Santidad se digne dar a esta súplica, manifestamos nuestra fidelidad a la Sede de Pedro, besamos con fiel afecto el Anillo del Pescador y pedimos vuestra Bendición Apostólica.

Miami - Roma, octubre de 1999.-

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La presente iniciativa está siendo coordinada por la Comisión de Estudios por la Libertad de Cuba, Sergio F. de Paz y Dr. Enrique J. Cantón, directores, mailto:cubdest@cubdest.org