"El único pecado es no ser revolucionario",

afirma "capellán" de las FARC colombianas

Sensacionales revelaciones del Padre Camilo, alto asesor del secretariado de las FARC, quien expone con crudeza las metas guerrilleras y hace rasgados elogios al dictador Castro

ESTOCOLMO (CubDest)-- "Me enorgullezco de ser marxista, no de haber rezado el Breviario", porque "el marxismo es para toda la humanidad", se vanagloria el Padre Camilo, alto asesor del secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en extensa entrevista concedida en el curso de este año al periodista sueco Dick Emanuelsson y recientemente divulgada en Estocolmo.

"Nuestro planteamiento indiscutiblemente es tomar el poder, y con el pueblo en armas construir un nuevo Estado", revela este cura guerrillero, dejando al desnudo las reales metas de las FARC más allá de supuestas intenciones pacificadoras que algunos observadores internacionales le atribuyen.

El Padre Camilo milita en la guerrilla desde hace 15 años, fue secretario privado de Jacobo Arenas, principal ideólogo de las FARC, y es hoy asesor directo de sus máximos dirigentes.

No faltan en la entrevista rasgados elogios al dictador cubano: "Fidel Castro es un estadista de talla mundial", "es obvio que Fidel es un hombre de principios". Y recuerda: "como dice Fidel Castro, hay que contar con los cristianos para la revolución en América Latina".

El Padre Camilo se manifiesta también admirador de su homónimo, el sacerdote Camilo Torres, quien en la década del 70 fue uno de los dirigentes del ELN, otro grupo guerrillero de Colombia: "Sigue siendo un guía, no sólo para los sacerdotes; para el cristiano tiene un mensaje muy grande todavía". Y confiesa también ser un entusiasta de la teología de la liberación: "Fue una gran revolución dentro de la Iglesia".

Después de calificar al ex-franciscano brasileño Leonardo Boff como "una eminencia mundial en teología", no tiene escrúpulos en aseverar que "la esencia de la ética, de la moral" es "que las personas sean revolucionarias". "Miren, muchachos, el único pecado de nosotros, incluyéndome yo, es ¡no ser revolucionarios!", explicó a un desconcertado grupo de jóvenes que aguardaban para recibir el sacramento de la confesión, en una parroquia donde desarrollaba labores "pastorales" antes de ingresar a la guerrilla.

"Lo importante no es creer o no en Dios", "no es hora, como decía el Padre Camilo Torres, de sentarse en un café a hablar de la Virgen", añade este sui generis "capellán" de las FARC, quien concluye: "Es la hora de levantarse y empezar a luchar" porque "¡ser cristiano es ser revolucionario!"

El entrevistado alega que "hoy en Colombia más de 15 obispos y muchos sacerdotes en el país, le dicen a la gente: ‘Aquí hay que hacer lo que propone la guerrilla porque esa gente es buena’. Y si esos sacerdotes dicen que hay que ayudar, proteger, entender a la guerrilla, pues están haciendo el papel de Moisés que en el Libro del Exodo nos muestra a un Moisés valiente y no con báculo".

Las declaraciones de este sacerdote guerrillero, estrechamente vinculado a la cúpula de las FARC, son particularmente esclarecedoras de las reales intenciones de un movimiento revolucionario al que el gobierno colombiano ha convidado a sentarse en la mesa de negociaciones, y a cuyos miembros ciertos medios de comunicación internacionales intentan presentar como Robin Hoods "idealistas", efectivamente interesados en lograr la paz para la convulsionada Colombia.

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