Destaque Internacional, jueves 01 de septiembre de 2016.

Dilma, pase de magia e “izquierda obsoleta”

1.

Este miércoles 31 de agosto, el senado brasileño, basado en disposiciones constitucionales, acaba de destituir a la presidente Dilma Rousseff, que milita en el  izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que (des)gobernó al país durante más de una década. La mayoría de los ciudadanos brasileños había manifestado su apoyo a la destitución, recurriendo previamente a reiteradas y masivas manifestaciones callejeras. Sin lugar a dudas, esa destitución constituyó una mala noticia para las izquierdas brasileñas y latinoamericanas.

2.

No obstante, minutos después, cuando se puso en votación la suspensión o no de los derechos políticos de la presidente Dilma, un conjunto de senadores, que con sus votos acababan de destituir a la presidente, de una manera contradictoria y sumamente enigmática, votaron  para mantener los derechos civiles de la presidente Dilma, que podrá entonces ser candidata a cualquier cargo público en las próximas elecciones. Las izquierdas brasileñas pasaron entonces de la tristeza a la euforia. En efecto, la Sra. Rousseff y sus seguidores, ahora desde la oposición, tendrán las manos más libres para reincidir en los crímenes por los cuales la presidente acaba de ser condenada e  intentar caotizar al Brasil a través de la generación de conflictos sociales y políticos, incluyendo la meta de hacerle la vida imposible al nuevo presidente, el Dr. Michel Temer.

3.

De esa manera, de un momento para otro, a través de un pase de magia, el senado brasileño transformó la derrota de Dilma y del Partido de los Trabajadores (PT), que se daba por segura, en una casi derrota; o, tal vez, en una peligrosa casi victoria que los libra de tener que asumir las consecuencias de la estrepitosa quiebra moral, social y económica a la que su nefasta ideología ha conducido al país.

4.

El alivio de la Sra. Rousseff y del PT, otorgado  por el mismo senado que acababa de destituir a la presidente, sin duda está siendo celebrado por los regímenes bolivarianos de Venezuela,  Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que en buena medida dependen del PT  brasileño.

5.

Veamos otro aspecto que merece atención. Durante las largas sesiones del senado, previas a la votación de la destitución presidencial,  los senadores críticos al PT se limitaron a hablar de la “corrupción” del PT exclusivamente desde el  punto económico y político,  pero casi no hicieron referencia  a la “corrupción” ideológica pro socialista promovida por el PT durante la última década, especialmente en el plano de la educación, de la familia, de la erosión de la propiedad y de la convivencia social, aspectos que son tanto o más dañinos que la “corrupción” económica. Hubo excepciones a esa incomprensible regla. Fue el caso del senador Cristovão Buarque, quien en reciente sesión del senado denunció con todas sus letras a la “izquierda vieja y obsoleta”. También, el senador Ronaldo Caiado  alertó  sobre el peligro, que continúa vigente, del “populismo bolivariano” y del revolucionario Foro de São Paulo, una coalición de izquierdas latinoamericanas fundada por el PT.

6.

El pase de magia que salvó a Dilma debe ser aclarado para que la Historia sepa quiénes fueron los responsables de ese vuelco de última hora contra la causa de un Brasil grande, auténtico, soberano, digno y ejemplar. Informaciones aún no confirmadas indican que hubo negociaciones entre el PT y el ahora gobernante PMDB, negociaciones a las cuales no habría estado ajeno el presidente del Supremo Tribunal Federal,  Dr. Ricardo Lewandowski, que presidió por determinación constitucional las sesiones del senado en las que se juzgó a la ex presidente Dilma.  Ojalá que estemos equivocados en nuestra preocupación de que esa “izquierda obsoleta”, aliada al Foro de São Paulo, pueda intentar levantarse nuevamente. El tiempo lo dirá.

7.

Esperamos que el nuevo gobierno brasileño  sepa enfrentar el gran desafío de levantar moral, política y económicamente a ese gigantesco y decisivo país de la postración a que lo condujeron cuatro (des)gobiernos sucesivos del PT. El apoyo y el estímulo que se otorgue a la propiedad privada, a la libre iniciativa, a las privatizaciones y a eliminar la influencia del PT en la educación  constituirá uno de los tests decisivos  para mostrar al Brasil y al mundo hacia dónde los nuevos gobernantes quieren llevar a ese gigantesco país.

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