Apuntes de Destaque Internacional.  Miércoles 17 de junio de 2015. Responsable: Javier González. E-mail: destaque2016 @ gmail.com (opiniones, pedidos de suscripción y remoción, sugerencias, etc.)

Francisco, los comunistas y los pobres

El pontífice Francisco, en reciente homilía en la Casa de Santa Marta, donde reside, lamentó que “tantas veces se oye decir” de sacerdotes y hasta obispos que “son un poco comunistas”, simplemente porque hablan mucho de la pobreza y la critican (Radio Vaticana, Jun. 16,2015).

Con el debido respeto hacia el pontífice, esos comentarios se oyeron y se oyen en América latina, pero no como una crítica gratuita, sino con fundamento en una grave enfermedad en el interior de los medios católicos latinoamericanos, que está lejos de haberse superado. En efecto,  en las últimas décadas, sacerdotes, obispos y hasta cardenales, influenciados por una teología de la liberación de inspiración marxista, han hablado y continúan hablando de la pobreza y de los pobres. Pero lo hacen de una manera que no contribuye para solucionar los problemas materiales y espirituales de los desposeídos. Y terminan transformándose en compañeros de ruta de quienes pretenden implantar modelos sociales de inspiración comunista, que agravan la situación de los pobres que alegan defender.

 En la década de 1970 hubo tres casos históricos latinoamericanos paradigmáticos de esa colaboración eclesiástica con el comunismo: el Chile del socialista Salvador Allende, en el cual se destacó por su radical procomunismo la figura del Cardenal Silva Henríquez; el Brasil del cardenal Paulo Evaristo Arns, que intentó empujar a ese gigantesco país a un sistema socialista similar al de su “queridísimo” Fidel Castro, con la colaboración de sectores importantes del episcopado y del clero brasileño; y el Uruguay de los tupamaros, con la figura “liberacionista” del arzobispo de Montevideo, monseñor Carlos Partelli. A esa lamentable trilogía se puede añadir el caso de Cuba comunista, con el procastrista cardenal Jaime Ortega, hace 34 años al frente de la arquidiócesis de La Habana.

Numerosos libros y artículos, escritos por estudiosos imparciales del tema de la llamada “izquierda católica”, constatan de manera documentada esa realidad indesmentible.

En los sitios web www.pliniocorreadeoliveira.info y  www.cubdest.org se puede acceder gratuitamente a decenas de esos documentos de análisis y denuncia, algunos de ellos, en varios idiomas.  

Sobre el doloroso tema de la colaboración con el comunismo latinoamericano por parte de sacerdotes, obispos y hasta cardenales recomendamos, a modo de ejemplo:

La Iglesia ante la escalada de la amenaza comunista (Brasil)

Las comunidades eclesiales de base, de las cuales mucho se habla y poco se conoce (Brasil)

La Iglesia del Silencio en Chile (Chile)

Izquierdismo en la Iglesia, compañero de ruta del comunismo (Uruguay)

 Tres décadas de colaboración comuno-católica en la isla-presidio del Caribe (Cuba)

 El problema de la llamada “izquierda católica” latinoamericana está lejos de haberse superado. En ese contexto, una declaración anterior del pontífice Francisco sobre la alegada existencia de “marxistas buenos”; su reciente papel diplomático que contribuye a rescatar del naufragio al régimen cubano; y su rehabilitación del emblemático teólogo de la liberación Ernesto Cardenal, de Nicaragua son algunos ejemplos que causan real preocupación en las tres Américas.

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