Destaque Internacional - Informes de Coyuntura - Año XII - No. 273 - San José - 21 de marzo de 2009 - Responsable: Javier González.

Lula: tragedia cubana, "racionalidad humana" y anestesia latinoamericana

Causa preocupación la indiferencia con que líderes políticos, sociales, periodísticos y religiosos brasileños están aceptando los esfuerzos del presidente Lula para salvar a la dictadura cubana; colaboran de esa manera con un terrible "embargo externo" del que muy pocos hablan, que es la negación de la solidaridad moral y de la compasión cristiana con relación a 12 millones de hermanos cubanos, desdichadas víctimas del comunismo desde hace 50 años

Es de desear que la indiferencia de los dirigentes brasileños con relación al drama del hermano pueblo cubano no contagie al noble pueblo brasileño, uno de los más afectivos y compasivos del mundo entero, y que en el pasado reciente ha adoptado actitudes colectivas de solidaridad con el pueblo cubano esclavizado

1. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, durante su reciente viaje oficial a los Estados Unidos, después de ser recibido cordialmente por el presidente Obama, declaró a la prensa de ese país que "no existe, desde el punto de vista político, sociológico y de la racionalidad humana, nada más que impida el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba".

En su alegato en favor del régimen cubano, e interviniendo en los asuntos internos del país anfitrión, Lula llegó a censurar el hecho de que los estadounidenses, "en pleno siglo 21", continúen actuando con relación a Cuba comunista con "una mirada basada en lo que ocurrió en el siglo 20" (cf. "Lula pide fin de embargo a Cuba", O Estado de São Paulo, 17 de marzo de 2009).

2. El presidente brasileño parece ignorar que aquello que existió "en Cuba en el siglo 20" continúa existiendo de una manera vergonzosa e indignante "en pleno siglo 21". Se trata de una revolución comunista que, a partir de 1959, esclavizó a una nación hermana a sangre, fuego y "paredón", y que promovió la violencia revolucionaria en prácticamente todos los países de América Latina. El propio Brasil fue uno de los blancos preferidos de los comunistas cubanos, que intentaron transformar a ese próspero y pujante país en una gigantesca y miserable Cuba. Si lo hubieran conseguido, la historia de las Américas y, talvez, del mundo entero, sería otra muy diferente.

3. Transcurridos 50 largos años, el mismo régimen comuno-castrista continúa asfixiando al pueblo cubano, y sus actuales dictadores son exactamente los mismos que encabezaron la revolución de 1959. Causa espanto la naturalidad del presidente Lula al referirse al tema cubano, como si allí, en pleno siglo 21, no continuase el régimen comunista, que ya cumplió 50 interminables años. Todas las evidencias, las históricas y las actuales, desmienten las afirmaciones del mandatario brasileño y agreden la "racionalidad humana" que él mismo alegó al defender al régimen cubano.

Haciendo coro con el presidente Lula, su ministro de Defensa, Nelson Jobim, puso como "condición" para las buenas relaciones entre el gobierno de Obama y los gobiernos sudamericanos un "cambio" sustancial de la política estadounidense hacia Cuba.

4. En realidad, la causa y raíz del problema cubano es el implacable "embargo interno" comunista impuesto sobre la población de la isla; y el "embargo externo" estadounidense, se piense lo que se piense sobre él, es un efecto. Por tal motivo, silenciar la causa -el "embargo interno"- sin decir siquiera media palabra de censura sobre éste, y concentrar las críticas sobre un efecto -el "embargo externo"- atribuyendo a éste todas las culpas de la tragedia cubana, constituye uno de los ejemplos latinoamericanos de mayor agresión a la "racionalidad humana", para usar la expresión traída a colación por el presidente Lula en su alegato en favor de Cuba comunista.

5. El "embargo interno" impuesto por el régimen castro-comunista niega a los cubanos el más importante derecho de la criatura humana, que es el de practicar libremente la verdadera religión; impide internamente el ejercicio de las libertades más elementales; cercena los contactos con el exterior y controla los viajes al exterior; amputa el derecho de propiedad y de libre iniciativa; roba el derecho de usufructuar libremente del fruto de su trabajo; embarga el derecho de educar y formar libremente a sus hijos; condena a los cubanos a la miseria propia de todos los regímenes comunistas; niega sistemáticamente, en fin, cada uno de los mandamientos de la Ley de Dios.

En ese contexto, causa preocupación la indiferencia con que líderes políticos, sociales, periodísticos y religiosos brasileños dejaron pasar esa flagrante contradicción de las declaraciones presidenciales respecto de Cuba, efectuadas en los Estados Unidos; y están aceptando con benevolencia el empecinamiento del gobierno brasileño para salvar a toda costa al régimen cubano. De esa manera, esas elites colaboran con un terrible "embargo externo" del que muy pocos hablan, que es la negación de la solidaridad moral y de la compasión cristiana con relación a 12 millones de hermanos cubanos.

6. Es de desear que la indiferencia de los dirigentes brasileños con relación al drama del hermano pueblo cubano no contagie al noble pueblo brasileño, que es uno de los más afectivos y compasivos del mundo entero, y que en el pasado reciente ha adoptado actitudes colectivas de solidaridad con el pueblo cubano.

En efecto, en abril de 2001 conmovió al Brasil el caso de la niña cubana Sandra Becerra Jova, entonces con 11 años de edad, retenida en Cuba contra la voluntad de sus padres, un matrimonio de ingenieros cubanos residentes en Brasil. En septiembre del mismo año, un caso similar, el de la adolescente Anabel Soneira Antigua, entonces con 14 años, hija de un matrimonio de médicos cubanos residentes en el nordeste brasileño, también produjo conmoción en la opinión pública nacional, al punto que en ambos casos el dictador Castro tuvo que ceder y en cuestión de pocos días envió a ambas niñas al Brasil, donde se reunieron con sus respectivas familias.

7. Si reviviera con vigor el ejemplo de solidaridad brasileña, de compasión pero también de firmeza, manifestado de una manera tan notoria en el caso de dos niñas cubanas secuestradas en 2001, es seguro que se colocaría un freno a las tratativas internacionales del gobierno brasileño en favor del régimen comunista cubano.

8. El problema de la indiferencia y de la falta de compasión por el pueblo cubano no es únicamente brasileño. Este problema se extiende actualmente a la mayoría de los países iberoamericanos, está afectando inclusive a sectores de los exiliados cubanos y se ha ido transformando en un fenómeno no solamente de indiferencia sino de misteriosa anestesia colectiva.

No es la primera vez que abordamos el tema de la pérdida de la sensibilidad y la anestesia en nivel colectivo, en el ámbito iberoamericano. Corresponde a los sociólogos, politólogos, sicólogos sociales y demás especialistas estudiar la esencia de esa anestesia y de esa pérdida de la sensibilidad; sus causas; los mecanismos publicitarios que eventualmente contribuyen a causarla y a propagarla; sus diversos y respectivos grados de espontaneidad y de artificialidad, etc.

9. Desvendar el misterio de la anestesia latinoamericana podría contribuir no solamente a quebrar la indiferencia con relación a la tragedia cubana, sino también a frenar los respectivos procesos de deslizamiento hacia viejas y nuevas formas de izquierda que se están produciendo en varios países latinoamericanos.