Destaque Internacional - Informes de Coyuntura - Año X - No. 212 - San José de Costa Rica - 14 de marzo de 2007 - Responsable: Javier González.-

Alianza Bush - Lula: perspectivas e interrogaciones

El presidente Bush, depositando públicamente su confianza en Lula, contribuye a promover una engañosa bipolaridad entre éste y Chávez, con lo cual suscita desconfianza en sus potenciales aliados en América Latina que mantienen una explicable hipoteca sobre las reales intenciones del presidente brasileño

1. Bajo varios puntos de vista, la escala más importante de la reciente gira del presidente Bush por América Latina fue el Brasil de Lula. Bush tuvo reiterados gestos y palabras de elogio en relación a su anfitrión; ambos concordaron ampliamente en el área de los biocombustibles; y no faltaron abrazos, guiños y chistes que reflejaron la intimidad alcanzada. Además, se firmó un acuerdo de cooperación en el área de los biocombustibles, que podría abrir perspectivas inéditas de desarrollo económico en Brasil, en América Latina y en el mundo entero, al punto que Lula dijo que con la suscripción de dicho documento podría estar abriéndose "un nuevo momento para la humanidad".

2. Bush justificó sus manifestaciones de confianza en Lula diciendo que el alcohol brasileño se había transformado para los Estados Unidos en un "asunto de seguridad nacional", porque permitiría a ese país "reducir la dependencia en relación al petróleo". En ese sentido, el presidente norteamericano explicó que al depender de fuentes externas para el suministro del petróleo, su país está en el fondo dependiendo de las decisiones de sus proveedores.

Al parecer, el gobierno norteamericano está convencido que el Brasil de Lula será un proveedor confiable de biocombustibles, además de constituir un contrapeso a la influencia creciente del presidente Chávez, de Venezuela. El mandatario venezolano, a fuerza de petrodólares, va constituyendo día a día un "eje" antinorteamericano; está a camino de transformarse en una potencia militar regional hegemónica, con riesgo para la seguridad de sus vecinos, en particular, de Colombia, cuyo gobierno no sigue la línea chavista y actualmente es aliado de los Estados Unidos; y va asfixiando inexorablemente la libertad en su país.

3. Lula, durante una conferencia de prensa conjunta, se encargó de decir a su huésped, en clara alusión a Chávez, que poco o nada hará para contener su influencia, alegando que "respeta" las "opciones políticas y económicas" de cada país, y que considera que las dictaduras no son en América Latina más que un "doloroso recuerdo del pasado". Como si Cuba comunista fuese una democracia, y como si Chávez no estuviese caminando a pasos decididos rumbo a una dictadura. Lo anterior indica que Lula está dispuesto a continuar lavándose las manos en relación al chavismo, dejándole el camino libre, en América del Sur y Central, para sus aventuras neoimperialistas.

4. Si Lula continúa con esa actitud ambigua, żen qué medida podrá corresponder a las esperanzas que Bush deposita en él y en qué grado estará dispuesto a contribuir efectivamente a la estabilidad regional, hoy amenazada por el "eje" chavista? En realidad, como ya ha sido analizado, Lula se ha comportado hasta el momento como un prototipo de "moderado útil" al servicio de Chávez.

5. El tiempo dirá si las esperanzas del gobierno norteamericano en relación al actual gobierno brasileño tenían o no fundamento en la realidad. Lo cierto es que Bush, depositando públicamente tal confianza en Lula, contribuye a promover una engañosa bipolaridad entre Lula y Chávez, con lo cual suscita desconfianza en sus potenciales aliados en América Latina, que mantienen una explicable hipoteca sobre las reales intenciones del presidente brasileño.

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