Destaque Internacional - Informes de Coyuntura

Año V - No. 119 - Buenos Aires - Madrid, Nov. 14, 2003.-

Foro Social Brasileño: articulaciones de "izquierda católica", MST e indigenistas

Una "nueva lógica" de construcción del poder, a través de "redes" de ONGs, para controlar al Estado y la sociedad

El Foro Social Brasileño (FSB), con 1.200 organizaciones inscritas y 30 mil participantes, fue ocasión para reforzar alianzas ya existentes y establecer otras nuevas, así como marcar calendarios comunes de concientización y agitación social.

El Consejo Misionero Indigenista (CIMI), un órgano de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos de Brasil (CNBB), anunció en el FSB, a través de uno de sus coordinadores, José Coelho, "un proceso de unión de las luchas de los indígenas y de los sin-tierras" en el estado de Minas Gerais; y, a nivel internacional, el establecimiento de alianzas con la llamada Vía Campesina, una red internacional de "lucha por la tierra", muy activa en el Foro Social Mundial de Porto Alegre. "Pensamos que la unión con el Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil y con otras organizaciones de la Vía Campesina puede fortalecer mucho la lucha indígena", concluyó. El CIMI, identificado con los sectores más radicales de la izquierda brasileña, presentó en el FSB el documento "Gobierno Lula: la muerte amenaza a los pueblos indígenas", donde acusa al presidente brasileño de "vacilante", así como de "no cumplir con las promesas de la campaña electoral" y con los "compromisos históricos para la construcción de una nueva sociedad". La presentación del documento fue hecha por Mons. Franco Masserdotti, presidente del CIMI y obispo de Balsas, del norteño estado de Maranhão, quien tenía a su lado a Mons. Luciano Mendes de Almeida, arzobispo de Mariana, estado de Minas Gerais, ex presidente de la CNBB.

Osmar Azevedo, indio de la tribu pataxó del sur del estado de Bahia, dijo que si bien existen "diferencias" con el MST en los objetivos inmediatos, "el objetivo político de fondo", que es "retomar" tierras que habrían sido invadidas por los blancos, "es el mismo": "La unión de fuerzas en esta lucha sólo puede beneficiarnos a todos". Por su parte, Araci Cachoeira, miembro de la "dirección nacional" del MST, dijo que entre los indigenistas y el MST existen "metodologías diferentes para luchar por la tierra", pero ratificó que "en el fondo", los objetivos de revolución agraria y de lucha indígena son "la misma cosa". Cachoeira concluyó diciendo que en las "culturas" indígenas, con su "organización familiar" y con el supuesto "respeto mutuo dentro de las comunidades" habría elementos "muy valiosos" y, en ese sentido, "el MST tiene mucho para aprender con ellos" .

La Coordinadora dos Movimentos Sociais (CMS) también desarrolló intensas actividades y debates en el FSB para combinar "los próximos pasos de la lucha en el país", especialmente, para exigir la puesta en marcha de una reforma agraria de carácter socialista, y consolidar un "espacio para acumular fuerzas para los próximos embates". Fundada en abril de este año para coordinar las manifestaciones contra la guerra en Irak en las principales ciudades brasileñas, está integrada por los principales movimientos socio-revolucionarios de Brasil, tales como el Movimiento Sin Tierra (MST), la Central Única de Trabajadores (CUT) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE).

La CMS marcó una jornada de protestas y movilizaciones para el 21 de noviembre, fecha de llegada a Brasilia de una "marcha" del MST para "cobrar" del gobierno Lula y del congreso en Brasilia la aplicación del llamado Plano Nacional de Reforma Agraria (PNRA), de inspiración socialista, propuesto por el diputado Arruda Sampaio, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y ligado a la "izquierda católica" .

Gilmar Mauro, coordinador nacional del MST, dijo en el FSB que considera al PNRA como "el paso más importante para los cambios" en el campo y que los movimientos socio-revolucionarios deben tener "la fuerza para empujar al gobierno de Lula para hacer las reformas" y derrotar así a "la derecha". En ese mismo día 21 de noviembre, también se efectúan manifestaciones simultáneas en América Latina y los Estados Unidos, contra las negociaciones ministeriales sobre el Alca, que concluyen en Miami.

Moacir Gadotti, profesor de la Universidad de São Paulo (USP), miembro fundador del Partido de los Trabajadores (PT) y uno de los principales organizadores del FSB, explicó la filosofía que está por detrás del FSB y de toda esa enorme red de articulaciones y alianzas. Se trata de "una nueva lógica de construcción de un poder" a través de la creación de un "movimiento de solidaridad horizontal, donde no hay jerarquía". O, añadimos nostros, donde los "centros motores" de esas articulaciones quedan velados, difíciles de identificar, aplicando tácticas "liliputianas" y de "invisibilidad", dando así una apariencia de "espontaneidad" a la acción de los nuevos movimientos revolucionarios (cfr. CubDest, "Foro Social Mundial: las 'redes', sus metas y estrategias", Febr. 15, 2003).

Citando a Karl Marx, Gadotti explicó que "estamos acumulando fuerza para revertir la actual correlación de fuerzas existente". El camino sería "fortalecer" el llamado "sujeto social colectivo" para, a través de él, "controlar al Estado". Pero no se trata hoy de actuar a partir de un partido único o de una vanguardia "proletaria" sino de actuar a través de redes de ONGs, tal como ha sido desarrollado teórica y prácticamente por los participantes del Foro Social Mundial de Porto Alegre. En ese sentido, el mencionado personero explicó que si hace 30 años le preguntasen "qué hacer para cambiar al mundo", él respondería: "Hagan un partido político". Sin embargo, hoy su respuesta es: "Hagan una ONG". Gadotti concluyó: "Lula tiene un compromiso socialista" pero su gobierno posee también componentes de centro y "todavía estamos viviendo en el viejo Brasil"; por lo cual el papel de los "movimientos sociales" es hacer "críticas y manifestaciones para dar fuerza a las ideas de Lula" y así conseguir que los proyectos socialistas del actual presidente brasileño "no queden apenas en el plano de las ideas" .

Esta "nueva lógica" revolucionaria consiste entonces en la construcción a nivel socio-político-cultural de una "correlación" de fuerzas para controlar y "empujar" al Estado y a la sociedad rumbo al socialismo, a través de la acción "horizontal", discreta y subrepticia, de redes de ONGs. Una "lógica" que retoma y parece superar en efectividad las estrategias de Antonio Gramsci, teórico neocomunista de comienzos del siglo XX; y que se diferencia de los métodos "vanguardistas" y de "dictadura del proletariado" usados por las corrientes clásicas de la izquierda, pero no de las metas comunes. Por ello, como ya fue dicho, miembros influyentes de ambas corrientes poseen una similar radicalidad, aún cuando la primera de ellas, por usar tácticas graduales y más sutiles de conquista de espacios, pueda parecer más "moderada".

Estamos en presencia de una "nueva lógica" revolucionaria que ha atraído la adhesión de altos funcionarios del gobierno Lula. Luiz Dulci, ministro secretario general de la Presidencia de la República, oriundo del estado de Minas Gerais, estuvo presente en el FSB haciendo uso de la palabra en el seminario "Democratización del Estado y participación social en el gobierno Lula". Allí explicó que en la actual coyuntura brasileña "la mayor virtud de un revolucionario es conseguir transformar, de hecho, el día a día de las personas", dando prioridad por lo tanto, en el plazo inmediato, a la transformación de las mentalidades más que a la transformación de las estructuras. El programa del presidente Lula es "de inspiración y moral socialistas", dijo, pero advirtió que es preciso considerar, en la hora de la acción, que "por lo menos la mitad de las personas que votaron en el presidente Lula no es de izquierda" y que "si hubiésemos quedado apenas en la parte de la doctrina, talvez no habríamos ganado las elecciones".

En ese mismo sentido, José Genoino, presidente del Partido de los Trabajadores (PT), quien también estuvo presente en el FSB, ya mencionó en artículo de prensa el fundamento de esta nueva estrategia gradualista en las "formulaciones de Antonio Gramsci" y en sus objetivos de "luchar por la hegemonía política, cultural y moral (valores) en el interior de las sociedades democráticas"; si bien que, como ya se comentó, la estrategia de redes explicada por conceptuados participantes del Foro Social Mundial va inclusive más allá en eficacia revolucionaria.

Estos elementos parecen indispensables a quien quiera tener una radiografía objetiva, actualizada y matizada de las izquierdas brasileñas, sin caer en lugares comunes o simplificaciones.

Fuentes:

Adital, Carta Maior, Diário Vermelho, Luso-Brasileira de Notícias y corresponsales de Destaque Internacional en Belo Horizonte: Nelson Andrade, Ana Maria Lopes y Fernando Alencar.

Próximo y último artículo:

Foro Social Brasileño: la meta de "desconstrucción" y "reinvención" del hombre y la sociedad