Febr. 10, 2003: agencia CubDest. 

Foro Social Mundial: Chávez y el "dilema" venezolano

 

Hasta los más cercanos aliados del presidente venezolano perciben que su impopular gobierno se encuentra ante un arriesgado "dilema" y, junto con él, las fuerzas de izquierda que a nivel internacional lo apoyan

 

El presidente Hugo Chávez, de Venezuela, en su visita a Porto Alegre, durante el 3er. Foro Social Mundial, amenazó con pasar a la lucha armada, siguiendo los pasos del guerrillero argentino-cubano "Che" Guevara: "Yo ya guardé mi fusil y no quiero volver a tomarlo, pero allá lo tengo guardado y si las oligarquías no aceptan los cambios en paz, como dijo el ‘Che’ Guevara, ruidos de combates y ráfagas de ametralladoras tronarán", dijo ante algunos millares de sus partidarios que lo aguardaban frente al Palacio Piratini, sede del gobierno del Estado de Rio Grande del Sur.

El perjuicio ocasionado a la imagen "antibelicista" del FSM por la presencia del incendiario y polémico visitante, llevó a los organizadores a aclarar que no le habían cursado una invitación oficial. Más aún cuando su gobierno pro-castrista, con metas y métodos de confrontación, está obteniendo el rechazo creciente de buena parte de los venezolanos.

Sin embargo, lo anterior no impidió que Chávez recibiera el respaldo de figuras importantes del comité internacional de dicho evento, como Bernard Cassen e Ignacio Ramonet, directores de Le Monde Diplomatique, considerados entre los fundadores del FSM y líderes de su ala radical. Cassen elogió como animadora para las izquierdas la "voluntad de resistencia" de los gobiernos de Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Lucio Gutiérrez en Ecuador y Fidel Castro en Cuba. Sobre el primero, dijo que "despertó al 80% del pueblo venezolano" que hoy "se organiza en los ‘círculos bolivarianos’", algo "intolerable para las clases medias y altas". Y proclamó demagógicamente que las manifestaciones chavistas serían dos veces mayores que las antichavistas, fenómeno que, según él, es ocultado por los medios de comunicación venezolanos, a los que acusó de "golpistas" y de incentivar una "guerra civil".

Figuras de la llamada ala radical del gobernante Partido de los Trabajadores, de Brasil, presentes en el Foro Social Mundial y en el simultáneo Foro Parlamentario Mundial, también apoyaron la presencia de Chávez. Fue el caso del ministro de Desarrollo Agrario, Miguel Rosetto, quien la calificó de "muy positiva"; de diputados federales como Milton Temer y João Batista de Oliveira, Babá ; de diputados estaduales como Raúl Pont y Luciana Genro; y del alcalde de Porto Alegre, João Verle.

Desde La Habana, en un discurso televisado en el cual elogió el FSM, el dictador comunista Fidel Castro dio instrucciones a la nutrida delegación cubana para "denunciar la ofensiva imperialista y fascista contra la revolución bolivariana de Venezuela".

Sin embargo, hasta los más cercanos aliados de Chávez perciben que su impopular gobierno se encuentra ante un arriesgado "dilema" y, junto con él, las fuerzas de izquierda que a nivel internacional lo apoyan. Lo manifestó el canciller cubano Felipe Pérez, quien viajó a Porto Alegre acompañando a Chávez, al explicar que el desenlace de ese "dilema" podrá tener graves consecuencias políticas: si Chávez es derrotado, "sería un retroceso histórico" de enormes proporciones para el continente. Con esta declaración se hizo eco de la advertencia hecha en Porto Alegre por el propio presidente venezolano: "Del resultado del proceso que ocurre en Venezuela depende el futuro de América Latina".

Sobre el supuesto apoyo mayoritario del pueblo venezolano a Chávez, alegado por éste y por Cassen, pocos saben que en las 5 elecciones y referendos constitucionales efectuados entre diciembre de 1998 y julio de 2000, la votación gobiernista osciló entre 2,8 y 3,7 millones, lo que representa respectivamente el 26% y el 35% de los 11 millones de personas registradas para votar. Esa limitación, que ha sido cuidadosamente silenciada por los chavistas, puede ser una de las principales razones por las que el presidente venezolano se muestra contrario a adelantar las elecciones solicitadas por la oposición.

Por fin, las divergencias entre dirigentes del FSM, en torno a la presencia de Chávez, no se deben tanto a sus objetivos socialistas, que prácticamente nadie entre ellos pone en discusión, sino a sus métodos de confrontación. Estas divergencias corresponden al "mar de fondo" y a la actual "lucha de poder" en el seno del FSM entre "reformistas" y "grupos radicales vinculados a la extrema izquierda", importante fenómeno al que se refirió el periodista Gérard Desmedt, de la revista de la "izquierda católica" francesa La Vie. En efecto, la resolución de esa pugna en un sentido u otro podrá definir los rumbos del proceso revolucionario en países como Venezuela, Brasil y Cuba.

Históricamente, la política de confrontación llevada a cabo por sectores radicales de izquierda ha despertado reacciones inclusive entre sectores indolentes y pacatos de la opinión pública internacional. Se trata de consecuencias perjudiciales para el proceso revolucionario, fruto del "voluntarismo", tal como lo denominó Lenin, un problema muy comentado en el 3er. FSM. En sentido contrario, el avance izquierdista a velocidades más lentas, con estrategias basadas en palabras-talismánicas como "diálogo", "consenso", "paz", "amor", etc., ha tenido y tiene en estos momentos un poder anestesiante capaz de hacer aceptar osadías revolucionarias que, si fuesen aplicadas bruscamente, despertarían rechazos, polémicas y hasta convulsiones en el cuerpo social.

A pesar de su capacidad de articulación y su poder, las izquierdas parecen avanzar pisando sobre huevos en Venezuela, Brasil, Ecuador y otros países. Es sintomática en este sentido la advertencia de Fray Betto, un "teólogo de la liberación" brasileño y alto asesor de Lula, que estuvo presente junto a éste en el 3er. FSM: "La izquierda ya no soporta más fracasos", "el propio Lula ha dicho que no podemos fracasar, él ha hablado de los casos de la izquierda en Polonia, en Nicaragua, en Chile... propuestas populares, progresistas, que por diversos factores fueron abortadas".