Febr. 12, 2003: agencia CubDest.

 Foro Social, teólogos de la liberación y "nuevo poder mundial"

Tal como lo reconoció Fray Betto, la "mística" revolucionaria que la TL puede aportar es más radical que la de los propios comunistas

Conocidos representantes de la Teología de la Liberación (TL) latinoamericana se dieron cita en el 3er. Foro Social Mundial de Porto Alegre, mostrándose animados con el triunfo electoral de Lula en Brasil. Este hecho, según el teólogo de la liberación brasileño Fray Betto -íntimo amigo del dictador Fidel Castro y uno de los principales consejeros del presidente Lula- sería "la primera curva ascendente que vive la izquierda mundial desde que cayó el Muro de Berlín". Por su parte, el también brasileño Leonardo Boff, ex fraile franciscano, interpretó ese triunfo como "una gran chance que se abre para la izquierda y para el socialismo".

Además de Fray Betto y de Boff estuvieron presentes el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, uno de los fundadores de la TL; el obispo católico Mons. Samuel Ruiz, de Chiapas, México; los obispos brasileños Monseñores Tomás Balduino, Mauro Morelli, Franco Masserdotti y Demetrio Valentini, del ala más radical de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB); así como también, en palabras de Fray Betto, "muchos sacerdotes, religiosas e innumerables laicos, miembros de las comunidades eclesiales de base (CEBs)", que militan en el Partido de los Trabajadores (PT), el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), la Central Única de Trabajadores (CUT), etc. Según el religioso "liberacionista" brasileño Marcelo Barros, la Iglesia de este país "está cada vez más presente y empeñada en el proceso del FSM, a través de Cáritas y de algunos organismos de la CNBB". Por ello, consideró significativa la presencia del presidente de la CNBB, Mons. Jaime Chemello, en los actos de inauguración del 3er. FSM.

Según constató la agencia italiana Adista, los "liberacionistas" presentes en el 3er. FSM repetían que "sin las comunidades eclesiales de base y sin la teología de la liberación, no hubiera sido posible el nacimiento del Partido de los Trabajadores y Lula no habría podido conquistar la presidencia de Brasil". Fray Betto, durante un seminario sobre Fe y Política dijo que ese era exactamente el sentido profundo de una afirmación del presidente Lula, durante su discurso en Porto Alegre: "Soy obra y resultado del trabajo que Vds. hicieron a lo largo de todos estos años".

Pero los teólogos de la liberación no se contentan con haber contribuido decisivamente para esa victoria izquierdista en Brasil. Ahora sueñan con usar el FSM como un trampolín para conquistar influencia en el mundo entero. Para Leonardo Boff, el FSM, después de haber sido "ridiculizado" en sus comienzos, hoy "se ha transformado en un nuevo poder mundial", capaz de "generar una ‘fuerza cuántica’ que no sea más posible frenar". Fray Betto, reiterando que "por convicción ideológica" cree "que la única salida para el futuro de la humanidad es el socialismo", manifestó su "esperanza" de que el FSM "se multiplique en mil Foros por el mundo entero".

La "mística" políticamente explosiva que la TL es capaz de aportar al FSM y a los movimientos revolucionarios en general ya había sido abordada por Fray Betto en el 2o. FSM, en enero de 2002. Ante un auditorio de sacerdotes, religiosas y millares de militantes de comunidades eclesiales de base (CEBs) que lo ovacionaron reiteradamente, dijo que la sociedad del futuro se define en una sola palabra: "socialismo". Y después de pedir una salva de aplausos para Carlos Marx, añadió de manera chocante que el "hombre nuevo" debe ser "hijo del casamiento de Ernesto ‘Che’ Guevara y Santa Teresa de Jesús". Este año, en el 3er. FSM, Fray Betto abordó la idea de una "espiritualidad militante", que sirva de "fermento" revolucionario; y presentó una sui generis concepción del "Reino de Dios" que supera en radicalidad inclusive a los propios comunistas. Para ilustrarla, recordó un diálogo con militantes comunistas, en la década del 60, cuando juntos se encontraban en la cárcel acusados de actividades guerrilleras: "La diferencia entre nosotros los cristianos y Vds. es que, cuando lleguemos a la sociedad comunista, Vds. se sentirán satisfechos, mientras que nosotros, no. Seguiremos buscando el ‘reino de Dios’ en la tierra, porque el cristiano es siempre un subversivo en cualquier circunstancia histórica en que se encuentre".

Los seguidores de la TL, al afirmar que ahora se sienten partícipes de la primera "curva ascendente" de las izquierdas después de la caída del Muro de Berlin, en 1989, reconocen implícitamente que transcurrieron casi 15 años de estancamiento o, quién sabe, de "curva descendente".

De hecho, durante ese tiempo, en países como Brasil consiguieron "concientizar" líderes revolucionarios y, por ese medio, aumentar su influencia en cuadros políticos y sindicales. Pero no les fue posible alcanzar uno de sus más codiciados objetivos: cautivar y arrastrar a las masas populares latinoamericanas. Gracias a Dios, éstas, con su religiosidad popular y sus convicciones instintivamente antirrevolucionarias, les han dado las espaldas hasta hoy.

Sin duda, para ese revés de la TL contribuyó decisivamente el hecho de que, desde las propias filas del laicado católico, hubo voces valientes y lúcidas que se levantaron para denunciar la alianza de la TL con el comunismo, mostrando cómo ésta se opone a las enseñanzas tradicionales de la Iglesia y, por ello, debe ser rechazada en conciencia por los católicos.

Ahora, el futuro de Brasil, de América Latina y del mundo nuevamente dependerá de quienes estén dispuestos a levantar sus voces, invariablemente de acuerdo con las leyes de Dios y de los hombres, para hacer que esa "curva ascendente" de las izquierdas se revierta y que, contrariando los sueños de los teólogos de la liberación, el FSM no consiga consolidarse como un "nuevo poder mundial" revolucionario.