Al Presidente Lula, mi pedido de ayuda

Campinas, 16 de diciembre de 2002.-

Al Presidente electo de Brasil

Sr. Luiz Inácio Lula da Silva

E-mail: Lula.PT@uol.com.br, Press@lula13.org.br

Señor Presidente:

Soy un físico cubano de 31 años, que actualmente cursa un post-doctorado en la Universidad de Campinas (Unicamp), en el estado de São Paulo. Además de hacer votos por el mayor éxito en su gestión gubernamental, que se inicia el 1o. de enero, y desearle felices fiestas de Navidad y Año Nuevo junto a su familia, solicito su atención para un grave problema relacionado con mi hijo en Cuba, Juan Paolo López Fiallo, de casi 4 años. Me siento animado a hacerlo porque Vd. se adhirió públicamente al documento "Presidente Amigo de los Niños", promovido por la Fundación Abrinq, donde se compromete a velar por el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño.

No conozco aún a Juan Paolo porque el gobierno cubano me lo prohíbe. Transcurrirá así una nueva Navidad sin que pueda abrazar y besar por primera vez a mi hijo. Esa separación es el más cruel vejamen que se le puede infringir a un padre, y se debe a que soy considerado por el gobierno cubano como un "desertor" por el simple hecho de haber optado por estudiar en este grande y acogedor Brasil.

En junio de 2002, agotados 3 largos años de recursos ante las autoridades consulares cubanas en Brasil, me ví obligado a hacer público mi drama familiar (cfr. Documento I). Desde entonces, he recibido reconfortantes adhesiones del mundo entero. Me permito destacar la del presidente de la Comisión Europea, Prof. Romano Prodi, trasmitida por el Dr. Luis Ritto, jefe de unidad de la sección Caribe de la Comisión Europea, quien afirmó también: "Deseo realzar que concuerdo con Vd. en que la separación forzada de padres e hijos es una violencia que va contra la naturaleza humana y contra las convenciones de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos".

En Brasil, cuando los medios de comunicación informaron sobre los hechos que me afectan, el canciller Lafer públicamente se comprometió a interceder para solucionarlo. En la oportunidad, Itamaraty me solicitó que enviase todos los antecedentes al embajador Antonino Lisboa Mena Gonçalves, director general del Departamento de las Américas de la cancillería, cosa que hice inmediatamente. Sin embargo, transcurridos seis meses -inclusive después que el canciller Lafer visitara La Habana en septiembre pp.- no recibí ninguna comunicación.

Me permito destacar que el senador brasileño Eduardo Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT), manifestó loable interés por mi caso ante el embajador cubano en Brasilia, Sr. Jorge Lezcano Pérez. En su respuesta a dicha autoridad legislativa, el Sr. Lezcano no sólo se mostró ciego y sordo ante mi pedido de entrar a Cuba para conocer a mi hijito Juan Paolo, sino que me acusó de "calumniar" al pueblo cubano y hasta de colaborar con organizaciones que tendrían un "historial" de "acciones terroristas". Ante tan graves acusaciones, en defensa de mi honra de cubano y de padre de familia, me ví obligado a solicitarle públicamente que presentase las pruebas, o que se retractase; y a recordar que, a falta de pruebas, la acusación pasa a recaer sobre el acusador (cfr. Documento II). Hasta el momento, el embajador cubano ha guardado un silencio que habla por sí mismo.

Señor Presidente, Cuba es el único país del Hemisferio que prohíbe a sus ciudadanos entrar y salir libremente de su propia Patria, configurándose así una situación incomprensible, inhumana y degradante, que va mucho más allá de mi drama personal, pues es una tragedia que afecta a millones de mis compatriotas. Dicha situación viola frontalmente el art. 13 (2) de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que expresa que "toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país".

Hace pocos días atrás, una figura de destaque en Cuba, el historiador y miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Eusebio Leal, al término de su conferencia "Identidad y nación en Cuba", pronunciada en la XVI Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, México, tuvo que admitir que esa situación de injusticia, además de inexplicable, es insustentable: "Ese día en que los cubanos entren y salgan del país sin necesidad de pedir permisos tiene que llegar, para eso trabajamos y luchamos".

En mi caso familiar, se viola también la anteriormente mencionada Convención de los Derechos del Niño, firmada por los gobiernos cubano y brasileño, que en su artículo 10(1) expresa: "Toda solicitud hecha por un niño o por sus padres para entrar en un Estado Parte o para salir de él a los efectos de la reunión de la familia será atendida por los Estados Partes de manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los Estados Partes garantizarán, además, que la presentación de tal petición no traerá consecuencias desfavorables para los peticionarios ni para sus familiares".

Señor Presidente, la diputada Esther Grossi, del PT, a su retorno de Cuba, a fines de noviembre pp., anunció que el Dr. Fidel Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, viajaría a Brasil para asistir a las ceremonias de toma de posesión presidencial. Me anima la firme esperanza de que Vd. encuentre una oportunidad para manifestarse ante el presidente cubano o, en caso que éste cancele su viaje, al jefe de la delegación de mi país, en pro de una solución favorable no sólo para mi drama personal -poder entrar temporariamente a Cuba a conocer a mi hijito Juan Paolo, y retornar libremente a Brasil- sino para el de millones de mis compatriotas.

Me permito recordar que el próximo 21 de enero se cumple el 5o. aniversario de la visita de S.S. Juan Pablo II a Cuba, durante la cual el Papa manifestó el firme deseo de que Cuba se abra al mundo. Con sus altas gestiones, podrá Vd. contribuir de manera decisiva para que se concrete finalmente ese deseo papal, compartido y esperado por todos los hombres de buena voluntad en el mundo entero.

El inédito y prolongado bloqueo que el gobierno cubano impone a sus propios ciudadanos, torna cada vez más enigmático el silencio que mantienen a ese respecto tantas entidades y personalidades que alegan defender los Derechos Humanos.

Reiterando los votos de suceso en su gobierno y aguardando una respuesta favorable a mi solicitud, lo saluda atentamente

Dr. Juan López Linares

LMBT, DFMC, I. de Física G.W., UNICAMP

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