Marzo 11, 2002: CubDest Mailing List . Marzo 11, 2002: ACI Digital.

MIAMI, Marzo 11, 2002 (CubDest) - El obispo auxiliar de Miami, monseñor Agustín Román, durante una misa por la paz en Colombia celebrada en la Ermita de la Caridad, afirmó que se sentía en el deber, como cubano, de hacer un acto de "reparación" y un pedido de "perdón" en relación a Colombia y a su pueblo, asolados "por la violencia marxista salida de Cuba".

Después de constatar que "lamentablemente, ha sido de nuestra sufrida Cuba de donde han emanado muchos de los males que aquejan a los países de América"; que "de allí ha salido el odio que ha motivado muchas de las batallas fratricidas que han ensangrentado a otros pueblos latinoamericanos"; y que "de allí han salido la subversión y el terrorismo, así como las armas que han sido instrumentos de muerte desde el Río Bravo hasta la Patagonia", el prelado afirmó:

"Colombia no ha estado exenta de ese flagelo. Por el contrario ha sido uno de los territorios donde se han hecho sentir, con mayor rigor, las trágicas consecuencias de los males promovidos y estimulados para la satisfacción de la agenda de poder de los que mandan en Cuba".

El obispo aclaró que "el pueblo cubano no es de culpar por ello, pues ese pueblo ha sido la primera víctima de esos hombres sin Dios que han promovido la violencia y el terror", pero explicó que "ya que esos cubanos alejados de la fe y de los valores que conforman la esencia de nuestra común tradición cristiana, no han querido hasta ahora reconocer el mal que han hecho, yo quiero, como hijo de esa noble tierra, pedirles perdón a ustedes y a todas las familias de Colombia que han sido laceradas por la violencia marxista salida de Cuba".

Finalmente, el obispo cubano convidó a los presentes a encomendar a Colombia, a las Américas y a Cuba a la maternidad protectora de la Virgen de la Caridad del Cobre. E hizo un llamado a romper el desinterés que aún existe en algunos sectores de opinión del continente en relación al drama de los 12 millones de habitantes de la isla-cárcel, que se prolonga por más de 40 años: "La libertad de Cuba debiera ser interés no solamente de los cubanos, sino de todos los demás también, ya que la experiencia nos está demostrando que mientras las doctrinas del terror estén vivas en Cuba, no habrá paz en América".

El 8 de septiembre del año pasado, fiesta de la Virgen de la Caridad, monseñor Román había hecho un similar pedido de perdón a todos los pueblos de América y efectuado la misma advertencia sobre el peligro que representa para el continente la continuidad del comunismo cubano.

Mientras tanto, el periódico Avvenire, órgano del episcopado italiano, en artículo titulado "Colombia: los grupos extremistas sueñan con Cuba", destacó la influencia del régimen comunista de Fidel Castro sobre los movimientos guerrilleros colombianos, especialmente sobre el ELN.

Sin embargo, pese a tantas evidencias de la responsabilidad castrista, y a estas advertencias de monseñor Román, en La Habana representantes del gobierno colombiano y del ELN están manteniendo una ronda de negociaciones, bajo el patrocinio del dictador comunista. Este movimiento guerrillero -durante largo tiempo dirigido sucesivamente por dos ex sacerdotes españoles, Manuel Pérez y Domingo Laín, contando con la colaboración de otros eclesiásticos "liberacionistas"- se ha caracterizado por su crueldad. El ELN es responsable, entre millares de crímenes, por el secuestro, brutales torturas y asesinato de monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, obispo de Arauca, muerto "in odium fidei" el 2 de octubre de 1989.

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BOGOTÁ, 11 Mar. 02 (Agencia Católica de Informaciones, ACI).- El Obispo Auxiliar de Miami, Mons. Agustín Román, de origen cubano, presidió una Eucaristía por la paz en Colombia en la que pidió perdón a ese país por los estragos de "la violencia marxista salida de Cuba".

Desde la Ermita de la Caridad, uno de los templos más populares del sur de la Florida, Mons. Román afirmó que se sentía en el deber, como cubano, de hacer un acto de "reparación" y un pedido de "perdón" a las familias colombianas que sufren por la violencia de los rebeldes.

El Obispo consideró que "lamentablemente, ha sido de nuestra sufrida Cuba de donde han emanado muchos de los males que aquejan a los países de América"; pues "de allí ha salido el odio que ha motivado muchas de las batallas fratricidas que han ensangrentado a otros pueblos latinoamericanos"; "de allí han salido la subversión y el terrorismo, así como las armas que han sido instrumentos de muerte desde el Río Bravo hasta la Patagonia".

En este sentido, precisó que "Colombia no ha estado exenta de ese flagelo. Por el contrario ha sido uno de los territorios donde se han hecho sentir, con mayor rigor, las trágicas consecuencias de los males promovidos y estimulados para la satisfacción de la agenda de poder de los que mandan en Cuba".

Tras aclarar que los cubanos no tienen la culpa de ello, "pues ese pueblo ha sido la primera víctima de esos hombres sin Dios que han promovido la violencia y el terror", señaló: "yo quiero, como hijo de esa noble tierra, pedirles perdón a ustedes y a todas las familias de Colombia que han sido laceradas por la violencia marxista salida de Cuba".

Finalmente, pidió a los presentes encomendar a Colombia, América y Cuba a la maternidad protectora de la Virgen de la Caridad del Cobre. "La libertad de Cuba debiera ser interés no solamente de los cubanos, sino de todos los demás también, ya que la experiencia nos está demostrando que mientras las doctrinas del terror estén vivas en Cuba, no habrá paz en América", aseguró.

En Italia, el periódico Avvenire publicó un artículo titulado "Colombia: los grupos extremistas sueñan con Cuba" en el que destacó la influencia del régimen comunista de Fidel Castro sobre los movimientos guerrilleros colombianos, especialmente sobre el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En La Habana representantes del gobierno colombiano y el ELN están manteniendo una ronda de negociaciones, bajo el patrocinio de Fidel Castro. El ELN se ha caracterizado por la crueldad con la que ha perpetrado miles de crímenes, como el secuestro, brutales torturas y asesinato de Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, Obispo de Arauca, el 2 de octubre de 1989.