Jun. 14, 2000: Diario Las Américas, Miami

Jun. 19, 2000: El Comercio, Lima

Grondona, Cuba y los ciegos

que no quieren ver

Armando F. Valladares*

Miami (AIPE)- El periodista argentino Mariano Grondona, en su artículo "Cuba: la primera impresión", afirma que "si uno quiere descansar y meditar, no hay mejor lugar que la isla de Fidel", que allí "no hay mendigos ni delincuentes", que los cubanos "tienen la estabilidad asegurada", que la medicina cubana ha conquistado una "bien merecida fama" que la hace apropiada para "procesos de rehabilitación" terapéutica, que éste tranquilo oasis contrasta con el "vértigo capitalista" de Miami y que su intuición le dijo, desde su llegada a Cuba, que allí "nada pasó en las últimas décadas"...

Sorprende profundamente esa singular e idílica "intuición" de un veterano comentarista político tenido como de centro-derecha, pues ella no varía fundamentalmente de lo que nos presentan los folletos propagandísticos castristas, los "teólogos de la liberación" y la trasnochada "intelligentzia" izquierdista latinoamericana; sobre todo, contradice frontalmente la trágica realidad de la isla-cárcel del Caribe, destruida hasta sus fundamentos por cuarenta años de comunismo.

En Cuba, al contrario de la "intuición" del Sr. Grondona, todo pasó desde 1959, cuando se implantó a sangre y fuego la revolución comunista. Hubo decenas de millares de fusilados, muchos de ellos jóvenes católicos que murieron como mártires gritando "ˇViva Cristo Rey! ˇAbajo el comunismo!", gritos que yo mismo oí estando en la tristemente célebre prisión de La Cabaña. Más de medio millón de hombres, mujeres y niños han pasado por las cárceles y campos de concentración. Otro millón debió partir al destierro y decenas de miles han muerto ahogados en el estrecho de la Florida intentando la desesperada huida. Continúa la persecución religiosa, intensificada después de la visita de S.S. Juan Pablo II, según recientes informes de la agencia vaticana Fides. Sigue la violación de los "derechos humanos" más elementales, de acuerdo con las comisiones de derechos humanos de la ONU y la OEA.

El régimen comunista destruyó y continúa destruyendo a diario la familia, la propiedad privada y las sanas tradiciones cristianas, siendo Cuba el país con los más altos índices de suicidios y de abortos del Hemisferio. Sigue la intervención castrista en países como Colombia, donde apoya a la narcoguerrilla que devasta a ese país hermano. El socialismo de Estado ha sumido a la población en la miseria más completa. Y los supuestos logros en salud y educación no son sino mitos publicitarios al servicio del régimen, tal como han probado conceptuados analistas. En fin, son los trágicos frutos de un sistema comunista "intrínsecamente perverso" (Pío XI) y "vergüenza de nuestro tiempo" (Cardenal Ratzinger), que en Cuba ha demostrado una "eficacia diabólica" en el control de la población, como acaba de denunciar un grupo de valientes sacerdotes de la isla, en importante documento.

"Fidel Castro realizó su sueño", concluye el artículo de Grondona. Sí, un macabro "sueño" que el mencionado comentarista no quiso o no supo discernir, pero en el cual, en todo caso, se siente a gusto para "descansar y meditar". Como dice el sabio adagio, no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.

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* Ex preso político cubano y ex embajador norteamericano en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.