Editorial

Pilatos, Eliancito y una victoria pírrica

del dictador Castro

1. En una resolución al estilo de Poncio Pilatos, el Tribunal de Atlanta se lavó las manos afirmando que "ni aprueba ni desaprueba" la decisión del INS de negar a Elián el asilo político; pero que en todo caso la opción adoptada fue "razonada y razonable" y que no encuentra elementos para concluir "que el INS haya actuado arbitrariamente o abusado de su poder" en dicho caso.

Al parecer, poco relevante pareció a los altos magistrados el hecho de que el INS tomase como premisa fundamental para adoptar su desastrosa decisión, la interpretación, cuán poco "razonada y razonable", de que en Cuba comunista el padre de Elián ejercería efectivamente la patria potestad; siendo que tanto la Constitución cuanto el Código de la Niñez y la Juventud la niegan de la manera más frontal. Esa falsa premisa del INS era de molde para viciar todo el proceso. Pero tan grave error de apreciación, a pesar de haber sido destacado por los abogados de Elián y de su tío Lázaro, así como por destacados juristas del destierro, ni siquiera fue considerado digno de mención en el extenso fallo absolutorio del INS.

Sinceramente pensamos que, en los pasos legales que aún quedan, inclusive en el eventual recurso a la Suprema Corte, junto con otros aspectos jurídicos cabibles, deberían ser destacados, en toda la medida de lo posible, tres puntos: primero, el de la inexistencia de la patria potestad en Cuba; segundo, el hecho de que ni el INS ni el Tribunal de Apelaciones de Atlanta hayan tenido en cuenta esa triste realidad, que consta en la propia Constitución de Cuba comunista y en el Código de la Niñez y la Juventud; y tercero, la naturaleza totalitaria del régimen comunista, con su carácter intrínsecamente persecutorio y con su "eficacia satánica" en el control de la población, según expresión de un valiente grupo de sacerdotes cubanos, en reciente documento. Este último punto posee particular importancia en vista de la dificultad manifestada por los tres magistrados de la Corte de Atlanta en percibir que el régimen castrista ejerce una real "persecución", en toda la extensión del término, contra los habitantes de la isla-cárcel; y, por lo tanto, contra el propio Elián.

Al mismo tiempo, la defensa del niño balsero debería transformarse en una vigorosa denuncia del sistema comunista en Cuba, capaz de convencer, con la fuerza de los hechos y de los argumentos, no sólo a los altos magistrados destinatarios de dicho alegato, sino a la propia opinión pública norteamericana.

2. Mientras tanto, el pobre Eliancito continúa siendo instrumentalizado a distancia por el dictador Castro, que no pierde su tiempo. Ya a mediados de mayo, el Granma publicó fotos de Elián asistiendo a una escuela improvisada en Wye Plantation, Maryland, vestido con el uniforme de la Unión de Pioneros José Martí, organización del régimen encargada del adoctrinamiento político comunista de la infancia. Y, hace pocos días, Elián habría firmado una carta al Ministro de Defensa, Raúl Castro, hermano del dictador y su probable sucesor, felicitándolo por su cumpleaños.

3. Mientras la batalla legal para que Elián González pueda vivir y educarse fuera de las garras de un sistema comunista entra en una nueva e incierta etapa, muchos desterrados cubanos se preguntan, con toda propiedad, en qué pie queda, en medio de todos estos acontecimientos, la causa de la libertad de Cuba.

Sin duda, esa interrogante es de vital importancia, pero una respuesta exaustiva trascendería los límites de este Editorial. Por ello, nos limitamos a hacer un balance de la agresión publicitaria sufrida por el destierro, tal vez la mayor que haya tenido que enfrentar en su larga Historia de cuatro décadas, intensificada inmediatamente después que el INS retirara brutalmente al niño Elián de la casa de sus familiares en Miami. En ese sentido, un reciente e impresionante informe del Media Research Council (MRC), de Washington, titulado "Back to the 'Peaceable' Paradise: Media Soldiers for the Seizure of Elian", demuestra con ejemplos indesmentibles el sesgo procastrista y contrario al destierro cubano del noticiario del The New York Times y de otros influyentes medios de comunicación norteamericanos, al abordar el caso Elián.

Fue tal la dimensión de esa embestida publicitaria que, nos parece, se intentó no sólo desprestigiar el carácter ideológico de la noble resistencia anticomunista del exilio cubano en los Estados Unidos, sino amordazarlo y quebrarlo psicológicamente de manera que cesase de una vez por todas su resistencia a cualquier acercamiento del gobierno norteamericano con el régimen de la isla. Más aún, no es aventurado suponer que, al mismo tiempo, de un solo golpe se haya intentado neutralizar definitivamente al anticomunismo en los Estados Unidos, integrado por vastos e influyentes sectores de la sociedad norteamericana que manifiestan preocupación por la continuidad del comunismo cubano, por su apoyo a la narco-guerrilla en Colombia (hecho reconocido en un reciente Informe del Departamento de Estado, que califica de "terrorista" al régimen de La Habana y resalta esa peligrosa conexión con los guerrilleros que devastan a ese país), por el gravísimo problema que representa China comunista en el escenario internacional, etc.

Delante de esa embestida publicitaria, constatamos con satisfacción que no se logró doblegar al destierro cubano ni al anticomunismo norteamericano, los cuales sin duda sintieron los golpes de esos ataques, pero al mismo tiempo han salido dignificados y con mayor ánimo de lucha, pues perciben que la verdad está de su lado y que la Historia, tarde o temprano, les dará la razón.

Más aún, a lo largo de estos meses se ha producido un fenómeno de integración a la causa anticastrista de contingentes de jóvenes cubano-americanos que hasta el momento permanecían al margen de los problemas de Cuba; algo que es, sin duda, otro motivo de esperanza. También, el hecho de que los cubanos exiliados hayan comprendido aún más que la lucha por la libertad de Cuba es eminentemente publicitaria e ideológica y que, como corolario de lo anterior, es necesaria una tarea de esclarecimiento de la opinión pública norteamericana, es otro saldo favorable.

4. Por lo anterior, el destierro cubano tiene a su alcance la posibilidad de transformar lo que es anticipadamente presentado por ciertos "mass media" como una victoria del dictador Castro en torno del caso de Elián, en una victoria pírrica. Como se recordará, Pirro fue un rey de la antigüedad que ganó una batalla a los romanos a tan duro precio y a costa de tan fuertes pérdidas, que replicó a sus generales que ingenuamente lo felicitaban: "Con otra victoria como ésta, estoy perdido".