* Diario Las Américas, Hospital de Miami nunca llamó al padre de Elián

* Robert L. Jackson, Communist Sympathy Leads Group to Help Elian, Critics Say

* DLA, The Arrival of "the Grandmothers" in Havana, a Proof of Totalitarianism

* DLA, El Recibimiento a "las Abuelas" en La Habana, una Prueba de Totalitarismo

* María E. Rodríguez, La verdad de la marcha de las madres cubanas

* Marika Lynch, `Llevarse a Elián dejará una cicatriz permanente en él', Sister Jeanne

 

Diario Las Américas, Miami, ed. electrónica, 31 de enero de 2000

Hospital de Miami nunca llamó al padre de Elián

Aunque el padre de Elían aseguró lo contrario a un funcionario de Inmigración

MIAMI - Ningún empleado del hospital de Florida donde atendieron a Elián González después de su rescate en alta mar llamó al padre del niño en Cuba, informó este lunes una portavoz del nosocomio, aunque Juan Miguel González -padre del pequeño- aseguró lo contrario a un funcionario del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) estadounidense.

"A mi entender ningún empleado nuestro habló con el padre" de Elián, residente en Cárdenas (Cuba), afirmó Lauri Brunelli, portavoz del Hospital Infantil Joe DiMaggio de Hollywood (Florida) donde médicos de emergencia atendieron al niño cubano el 25 de noviembre, después de que un pescador lo encontrara aferrado a la cámara de un neumático frente a Fort Lauderdale.

La madre de Elián y otra docena de cubanos se ahogaron cuando zozobró la lancha en la que intentaban llegar de forma ilegal a Estados Unidos.

"La médica nuestra que lo atendió (a Elián) esa mañana (Alphonsamma Joseph) me dijo que ella no habló con el padre", precisó la portavoz.

La credibilidad de Juan Miguel González tiene relevancia porque, en documentos que ya forman parte de una demanda federal presentada por los parientes de Elián en Miami para que no sea devuelto a su padre en Cuba, éste aseguró a un funcionario del SIN el 31 de diciembre en La Habana que le llamó del hospital el médico que atendió a Elián después que el niño le diera el número de teléfono y el nombre y la dirección de su padre.

Para la portavoz del hospital, es posible que llamara al padre desde la sala de emergencias un pariente de Elián, pero no cree que lo hiciera ningún empleado del hospital.

Los parientes del niño residentes en Miami acudieron al hospital al enterarse del rescate de un niño en el telediario, dijeron a la portavoz y "no sé qué hicieron ellos ese mañana, concretamente, ni a quién llamaron" señaló.

El hospital generalmente procura ponerse en contacto con los padres de los pacientes, reconoció Brunelli, pero "no se trataba de una situación normal, y en ese momento no se sabía quién era el padre".

"La médica sí me dijo que había hablado con la familia de Miami, pero no se de qué hablaron exactamente" y no intentó ponerse en contacto con Juan Miguel González, añadió la portavoz.

Lázaro González, tío abuelo de Elián con quien vive desde hace dos meses, asegura en los documentos que él llamó desde la sala de urgencias al padre de Elián, quien le dijo que cuidara de Elián "hasta que nos reunamos en la Yuma (Estados Unidos)", informó el lunes un diario estadounidense.

Por estas aseveraciones del tío abuelo, muchos en Miami, capital del exilio cubano, creen que el gobierno cubano no permite al padre ir a recoger al hijo que reclama por miedo a que se quede en Estados Unidos.

El 5 de enero pasado el SIN reconoció la patria potestad de Juan Miguel González, pero el regreso de Elián a Cuba ha sido demorado al parecer al menos hasta que se celebre una vista oral en un tribunal federal de Miami el 22 de febrero.

 

Los Angeles Times, 27 de enero de 2000

Communist Sympathy Leads Group to Help Elian, Critics Say

Robert L. Jackson, Los Angeles Times Staff Writer

WASHINGTON--The National Council of Churches, which has plunged into the middle of the Elian Gonzalez case, is a controversial organization that often has espoused liberal causes. Critics accuse it of having been too cozy with Marxist governments abroad.

The 50-year-old council, which includes 35 Protestant and Orthodox denominations with 52 million members, is a longtime supporter of the civil rights movement in the United States and has helped rebuild burned-out churches in black communities of the South over the last two years. Its president is Andrew Young, the former United Nations ambassador and associate of the late Martin Luther King Jr.

But critics say that the council often has been too friendly toward the Communist governments of Cuba and North Korea and say that it has failed to speak out against human rights abuses in those nations, a charge that the organization disputes. It cites its decades of work to alleviate poverty abroad and resettle refugees here.

Detractors say it is no surprise that the council is on the same side as Fidel Castro in the Gonzalez case. Castro is supporting the efforts of the 6-year-old's Cuban family--his father and grandparents--to have Elian returned to his homeland.

Roy Lloyd, a council official, said of its longtime involvement with churches in Cuba: "We were there before Castro and we'll be there after Castro."

The journey of Elian's grandmothers to the United States on an aircraft chartered by the council originated with a Dec. 9 phone call from the head of Cuba's church council, Lloyd said.

The Gonzalez case fit squarely with the U.S. council's mission to work for family unification and promote understanding among religious people worldwide, officials said. A council brochure says that the organization "works for peace and justice in the United States, addressing issues ranging from poverty and racism to the environment, family ministries, disability and much more."

Overseas, the council has undertaken "cooperative efforts with U.S. denominations and their congregations that have resettled some 400,000 refugees in this country," according to its literature.

"Any group that works for social justice gets accused of being Communist," observed Carol Fouke, a council executive. "Certainly a lot of nuns and priests have been tarred with that brush, as well as civil rights leaders.

"We maintain relations with church councils all over the world." In some cases, she said, the U.S. government and the government of another country have good relations. In other cases, the "governments are hostile" or "unconcerned."

In the case of Elian, the council's new general secretary, Robert W. Edgar, a former Democratic member of Congress from Pennsylvania, flew to Havana with others early this month to help clear the way for the grandmothers' visit. Edgar and his party met with the child's father as well as Castro, who personally expressed satisfaction that the two church councils were working to resolve the situation, officials said.

Edgar, a United Methodist minister, is president of the School of Theology at Claremont, Calif.

Some of the council's detractors, including Mark Tooley, a director of the Washington-based conservative Institute on Religion and Democracy, charged that the council began losing members and became "radicalized in embracing the Marxist-influenced liberation theology of Latin America in the 1970s." Its "left-wing politics," he said, have left the organization millions of dollars in debt, a financial situation acknowledged by council officers.

 

Diario Las Américas, ed. electrónica, 31 de Enero de 2000

El Recibimiento a "las Abuelas" en La Habana, una Prueba de Totalitarismo

Editorial

Quienes vieron en televisión el recibimiento de que fueron objeto las abuelas en el aeropuerto de La Habana y un recorrido de una hora a lo largo de 16 millas hasta el Palacio de Convenciones pudieron comprobar algo excepcionalmente raro, por no decir imposible, en estos tiempos después de extinguida la tiranía totalitaria soviética. Fue una manifestación política multitudinaria que solamente pueden producir los regímenes totalitarios que tienen un control absoluto de la población. Es una población que tiene que seguir, al pie de la letra, las órdenes que emanan del supremo poder imperante a todo trance, a sangre y fuego.

Pueden haber algunas personas sin experiencia, o sin capacidad adecuada de análisis, que vean en esta gigantesca y multitudinaria manifestación la supuesta voluntad colectiva de un pueblo que paraliza todas sus actividades para rendir un homenaje político a dos personas conocidas como "las abuelas" y que lo son del niño Elián González, quien se encuentra de libertad en Miami. Este niño aquí en Miami está en un ambiente familiar acogedor, el de sus tíos abuelos y primos, rodeado de cariño y de admiración del pueblo cubano del exilio --éste sí le rinde espontáneas demostraciones de solidaridad y simpatía al margen de consignas obligatorias que no existen y que no hay quien las pueda dar en un país libre.

El que analiza ese recibimiento gigantesco, profundamente disciplinado desde Rancho Boyeros hasta el Palacio de Convenciones donde esperaban a las abuelas Fidel Castro rodeado de mil setecientos niños, de inmediato descubre la realidad. Y esa realidad está determinada por las características típicas de regímenes totalitarios que controlan en sentido absoluto la población que han sometido al Poder político, militar y socioeconómico de la tiranía. No es normal en modo alguno que, muchísimo más allá de la curiosidad, muchísimo más allá de lo que podría ser solidaridad con la tesis del gobierno, se produzca esa concentración de tales magnitudes que, indudablemente, son el testimonio de la existencia de un régimen que hace de Cuba lo que le viene en gana y que si es capaz de producir el espectáculo de esos miles de miles de personas, ya se puede deducir lo que sería capaz de hacer de un inocente niño de 6 años si es que se comete el delito moral de enviarlo a Cuba, de donde su madre lo sacó para que llegara a los Estados Unidos de América en búsqueda de la libertad.

 

Diario Las Américas, ed. electrónica, 31 de Enero de 2000

The Arrival of "the Grandmothers" in Havana, a Proof of Totalitarianism

Editorial

Those who saw on television how the grandmothers were received upon their arrival at the airport in Havana and their hour-long 16 mile motorcade to the Convention Palace, witnessed something that is extremely unusual, not to say impossible, in these days after the disappearance of the Soviet totalitarian tyranny. This was a multitudinous political demonstration that can only be prepared by totalitarian regimes that have total control over the population. This is a population that has to follow to the letter the orders coming from the supreme power entreched mercilessly, no matter what.

There could be some individuals who lack experience or who do not have the capacity to analyze, that see in this enormous demonstration what is purported to be the collective will of a people that stops all its activities to pay political homage to two individuals known as "the grandmothers", whose grandson Elián González is in Miami enjoying freedom. That little boy enjoys a warm family environment, with his great-uncle and cousins, in Miami surrounded by love and by the admiration of the Cuban exille --that indeeds give him spontaneous demonstrations of solidarity and sympathy without any compulsory slogans that do not exist and can not be given by anyone in a free country.

Whoever analyzes this huge and strictly disciplined demonstration that went from the Rancho Boyeros airport to the Convention Palace where Fidel Castro and 1,700 school children awaited the grandmothers, immediately discovers the truth. And this truth is determined by the typical characteristics of totalitarian regimes that control in an absolute sense the people whom they have subjected to the political, military, and socioeconomic might of the tyranny. It is not normal in any way that, beyond curiosity, even beyond what could be solidarity with the government, a concentration of such magnitude take place. This, undoubtedly, is proof that we are in the presence of a regime that does whatever it wants in Cuba. We can only imagine what a regime that can orchestrate this show with thousands and thousands of persons would be capable of doing with an innocent 6-year old boy if a moral crime is committed sending him back to Cuba from where his late mother took him in an effort to reach the United States of America in search of freedom.

 

Diario Las Américas, Miami, ed. electrónica, 29 y 30 de enero, 2000

La verdad de la marcha de las madres cubanas

María E. Rodríguez, Nueva Prensa Cubana

LA HABANA (HavanaPress).- El pasado 14 enero la ciudad de La Habana amaneció prácticamente paralizada por la orientación del gobierno de Cuba de realizar una marcha de madres cubanas frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos reclamando el regreso del balserito cuT.V.bano Elián González. Primeramente se promocionó la asistencia de cien mil madres por la cubana, solicitando el favor de que se respetase el número de asistentes planificados para declarar luego que eran más de doscientas mil las que estaban desfilando.

Del total de participantes, las cámaras no pudieron ocultar que muchas eran adolescentes, cuya maternidad era improbable. Después se conoció que directores de escuelas secundarias orientaron el día anterior a sus alumnas, el uso de ropa y maquillaje para simular mayor edad, como fue el caso de la directora de la Secundaria Básica de la Víbora "República del Paraguay". También es de público conocimiento que muchas de las barrigonas que desfilaron, no eran más que enfermeras con almohadas colocadas para falsear embarazos, y así cumplir con el número establecido, solución orientada por dirigentes de Centros de Salud como por el ejemplo el director del policlínico "Turcios Lima", ubicado en el municipio 10 de Octubre.

En cuanto al transporte público, dejó de existir completamente. La mayoría de la población no pudo asistir a sus Centros de Trabajo, y las calles desde Reina hasta Boyeros fueron cerradas al tránsito normal hasta que en horas de la tarde se restableció el servicio.

En cuanto a los comercios, la mayoría fueron cerrados, como la casa comisionista de Acosta, la de 10 de Octubre y Zapote, la casa de la construcción en Calzada 10 de Octubre. Y en los supermercados de comestibles racionados, sólo dejaban una trabajadora como sucedió en la calle 15 y 26 en El Vedado. Entre tanto, las tiendas conocidas por la población como Shoping, pues venden sólo en dólares, no podían ofertar artículos de primera necesidad como aceite, jabón, frazadas de piso, detergente, almohadillas sanitarias, y otros. A su vez en la ciudad de La Habana, llegó hasta a faltar el agua durante 24 horas, sin ser previamente anunciado ni justificado, situación que confrontó el reparto Santos Suárez, y vastas zonas de El Cerro y El Vedado.

El mismo día de la marcha, esta periodista escuchó en la esquina de Tejas como tres madres acompañadas de sus hijos pequeños comentaban: "Ve y marcha, pero a la carnicería no llega nada". "Yo no tengo qué darle hoy al niño, pero Elián sí está comiendo bien". "Parece que lo que nos queda es formar un comité de madres que autorice los "secuestros" de los muchachos para ver si así escapamos."

Esta es la realidad que se esconde detrás de las manifestaciones masivas, que sólo se realizan en días laborables, así se obliga a los trabajadores a asistir, ya que de lo contrario pierden su salario, y peligra su puesto de trabajo.

 

El Nuevo Herald, 1 de febrero de 2000

`Llevarse a Elián dejará una cicatriz permanente en él', Sister Jeanne

Marika Lync, The Miami Herald

La hermana Jeanne O'Laughlin, la presidenta de Barry University que sirvió de anfitriona en la reunión de Elián González y sus abuelas, dijo que se convirtió en una ``mujer más sabia'' después de ver de cerca el comportamiento del niño y la familia, y aseguró en una columna publicada hoy en el diario The New York Times que el regreso de Elián a Cuba podría dañarlo de forma permanente.

Elián ha ``transferido el amor que sentía por su madre'' a su prima de 21 años, Marisleysis González, escribió O'Laughlin.

``Yo vi el miedo en Elián, y a partir de ese momento me convertí en una mujer más sabia, asombrada de mi propia ingenuidad. Me di cuenta de lo que significaría para ese niño ser arrancado de su madre sustituta, y de como este segundo trauma dejaría una cicatriz permanente en él. En ese momento vi y sentí lo erróneo que sería enviar precipitadamente a ese niño a Cuba'', escribió O'Laughlin.

``El modo en que el niño miró a su prima como pidiéndole reafirmación antes de la reunión, y su regocijo al saludarla después, me demostró que había transferido el amor que sentía por su madre a ella'', añadió la monja.

``Elián todavía no ha comenzado a recuperarse del dolor ocasionado por la catastrófica muerte de su madre. Tenemos también que recordar que ella analizó el precio de separarlo de su padre y escogió traerlo aquí''.

O'Laughlin escribió también que se había sentido perturbada por las exigencias del gobierno cubano y su aparente manipulación de la visita de las abuelas. Las dos mujeres, Raquel Rodríguez y Mariela Quintana, mostraban señales de ansiedad, ``temblando, con miradas furtivas y manos heladas'', según O'Laughlin.

La monja añadió que el padre de Elián, Juan Miguel González, también debe sentir temor del gobierno cubano, ya que no ha venido a Estados Unidos a reclamar el regreso de su hijo a Cuba.

``Me inquieta que el padre de Elián no haya venido a Estados Unidos'', escribió O'Laughlin. ``Estoy segura de que él debe querer a Elián. ¿Qué entonces, si no es el miedo, puede impedir a una persona hacer un viaje de 30 minutos para reclamar a su hijo? ¿Y a qué le tendría miedo el padre de Elián, si no es al mismo autoritario gobierno de Cuba? ¿Podemos enviar de regreso al niño a un clima lleno de miedo sin ofrecerle al menos la oportunidad de una audiencia justa en una corte familiar?''

En su columna O'Laughlin exhortó a que el caso se resolviera lo antes posible, fuera del lente de las cámaras, y en las cortes de Estados Unidos.

El gobierno cubano reaccionó con violencia al cambio de actitud de la monja, que antes de la reunión abogaba por que Elián fuera devuelto a Cuba.